¿Existe alguien en el mundo además de Hugo Chávez, el venezolano rey del bolero, que pueda tomarse las propuestas populistas tan en serio? Lamentablemente sí. Y en México, es la fuerza política del PRD la que mejor canta la armonía. Y parece también que, la intelectualidad mexicana, comunicadores sociales, analistas (entre otros) miran a López Obrador con cierta dosis de mesianismo.

A favor de López Obrador se ha dicho que puede haber sido el único que logre juntar en un acto de gobierno voces tan disímiles como las de los empresarios, sindicalistas, organismos de derechos humanos, militares etc. Tampoco faltaron los insistentes vividores del Estado que aseguran que "la patria la vamos a liberar" con la victoria de López Obrador. ¿Liberar de qué o de quién?

De quien seguro se liberaron es de todo chance de progreso. De quien seguro de liberaron es de la posibilidad de colocar a México en el rumbo del crecimiento económico y la reestructuración de un Estado que, no está para lo que debe y está donde no debe. El PRD, la izquierda mexicana, la intelectualidad mexicana no sólo no terminan de entender por dónde transita el camino del progreso sino además, su retórica destructiva hecha por tierra los avances alcanzados por la actual administración, que aunque no perfectos, han, logrado metas que ciertamente, el PRD no será capaz de mantener si llega al poder. Criticar a Fox de "ese pobre académico" al que le ha tocado bailar con la más fea será cierto, pero, suena al burro hablando de orejas. Es posible que el Presidente haya cometido errores pero de ninguna manera se justifica que la oposición titule su partida -en tipografía catástrofe- con la palabra "Eyectado".

Carlos Monsiváis sostiene que en los imaginarios nacionales (latinoamericanos, claro) "el melodrama es el espacio histórico donde los sentimientos se desprenden de escenas de la entrega o de la traición, de las expresiones que al repetirse se vuelven dogmas, de la sucesión de rasgos felices o convulsos, de los sentimientos que se elevan como plegarias", de donde se puede concluir la inutilidad de tratar de imponer la racional idea de la democracia. Yo diría que, para el caso de México, aplica la misma idea con relación a la reestructuración del aparato burocrático y las reformas necesarias. De ganar el proyecto de López Obrador, le vienen a México seis años de agonía. Si Fox tuvo seis años mediocres, pero con estabilidad y retórica modernista, los del Peje, serán seis de improvisación, incapacidad de entender el entorno internacional e incapacidad de insertar a México en el siglo XXI. Serán seis años de enriquecimiento personal, para él y sus huestes, que lo más seguro, repetirán al unísono que, son los únicos en tener un plan de gobierno humano e incluyente. Humano e incluyente para quienes estén en su partida salarial y no para el resto de los ciudadanos.