Tanto las políticas agrícolas de los países ricos como las de los países pobres son contraproducentes y no es fácil determinar cuál es más inapropiada y estúpida.
Miami (AIPE)- La
agricultura es el sector de la economía de Estados Unidos más protegido y
subsidiado por el gobierno. Muchos de quienes reciben esos jugosos subsidios de
Washington no viven en el campo, sino en lujosas mansiones de Nueva York, Boston y San Francisco. Es más, 74% de los subsidios
agrícolas benefician directamente a las empresas más grandes del sector, que
como grupo conforman el 10% de mayor tamaño en la industria alimentaria.
Los subsidios agrícolas
comenzaron en Estados Unidos en 1933, durante
Este nuevo proyecto de subsidios
agrícolas y programas de alimentación reemplaza la ley
promulgada en 2002 y aumenta los subsidios que benefician a gente de altos
ingresos. El aumento es a más de 300 mil millones de dólares para los próximos
cinco años. Esto sucede en tiempos en que las cosechas generan las utilidades
más altas de la historia, debido a la exagerada y artificial demanda de biocombustibles, como el etanol, que ha reducido la oferta
de granos para alimentar a la gente y a los animales, disparando los precios de
alimentos básicos alrededor del mundo. El maíz ha triplicado su precio en
dólares en los últimos dos años.
Los productos agrícolas que
reciben más subsidios gubernamentales en Estados Unidos, en orden decreciente,
son: maíz, algodón, trigo, arroz, soya, productos lácteos, maní y azúcar. Hasta
los productores de tabaco reciben subsidios. ¿Extraño? No, los políticos hablan
horrores del cigarrillo, no nos dejan fumar en un restaurante ni tampoco bajo
una palmera en la playa, pero cómo les encantan los impuestos, una cajetilla de
cigarrillos pronto costará 9 dólares en Nueva York.
Eso ha disparado el crecimiento de una nueva mafia de vendedores ilegales de
cigarrillos, quienes pueden ganarse hasta un millón de dólares con cada camión cargado
con cigarrillos de contrabando.
Como el grueso de los
subsidios agrícolas en Estados Unidos va a parar a manos de los grandes productores,
ellos utilizan parte de ese dinero -proveniente de quienes pagamos impuestos-
para comprar a sus competidores pequeños, por lo que el número de empresas en el
sector agrícola se sigue reduciendo.
La regla parece ser que en los
países ricos, donde el sector agrícola es relativamente pequeño en relación a la
economía total, se subsidia la agricultura, imponiéndose además restricciones y
aranceles a las importaciones de alimentos. Otros gobiernos de países ricos que
protegen y reparten grandes subsidios a un relativamente pequeño número de ciudadanos
que trabajan en el campo son: Francia,
Por el contrario, en los
países pobres y países en desarrollo, donde gran parte de la población trabaja
en el campo, los gobiernos imponen altos impuestos a la producción agrícola, a
la vez que controles de precios y, últimamente, hasta impiden la exportación de
arroz y otros alimentos.
Es increíblemente cruel que
gobiernos de países pobres estén impidiendo que sus agricultores exporten, a
mejores precios, gran parte de su producción de alimentos, lo cual les
aportaría capital para invertir en maquinarias y aumentar así su producción, a
la vez que al incrementarse la oferta de alimentos a nivel mundial se lograría
avanzar hacia la normalización de los precios.
Tanto las políticas
agrícolas de los países ricos como las de los países pobres son
contraproducentes y no es fácil determinar cuál es más inapropiada y estúpida.
Pero los más afectados por la pesada mano de los políticos y burócratas siempre
son los más pobres.
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EntrarLa gente subestima la facilidad con la que los gobiernos pueden destruir una economía y lo difícil que es reiniciar esas economías.