Negaron y renegaron, se rasgaron las vestiduras, desde los padres de familia hasta autoridades universitarias, pasando por alguno que otro periodista despistado, todos y cada uno argumentando que los mexicanos muertos (y la sobreviviente Lucía Morett) en el ataque del ejercito colombiano a un campamento de los terroristas de las FARC, eran sólo observadores académicos de los procesos sociales (ó de plano meros turistas). Estos cínicos, incluso insultaron al Presidente colombiano Álvaro Uribe (lo llamaron fascista) y durante varios días presionaron al gobierno mexicano, para que iniciara un serio reclamo diplomático.

Como siempre, el padre tiempo pone a cada quien en su lugar. Y es que desde el ataque del ejército colombiano, han seguido apareciendo evidencias contundentes (desde videos hasta la computadora en la que la INTERPOL dio fe de que el gobierno colombiano no hizo retoque alguno de software ni hardware) que le dan la total razón al Presidente Uribe y a analistas (como los de esta página) que desde un principio señalamos que la visita de esos mexicanos era con objeto de ser entrenados por la guerrilla colombiana para regresar a México a aplicar “sus conocimientos” y realizar ataques terroristas (sea contra el gobierno, sea contra civiles, a estos matones no les importa la vida humana con tal de imponer su nefasto sistema comunista).

Vaya, hasta el mismo gobierno ecuatoriano (que es otro cómplice de las FARC) ha reconocido vía interrogatorios y/o videos que la mexicana Lucía Morett-y los otros mexicanos-ya antes habían estado en Ecuador en los campamentos guerrilleros para recibir entrenamiento. Y lo último, el cinismo del Presidente ecuatoriano Rafael Correa, que con total desdén inició un trámite de extradición de Lucía Morett (y dos colombianas guerrilleras más). El teatro estaba hecho; ante la evidencia también contundente de que Correa recibió financiamiento de las FARC para su campaña presidencial, no le quedo otra que fingir ante su pueblo distanciamiento con los terroristas-narcotraficantes. El acuerdo estaba tomado con el Presidente nicaragüense, para que, ante la extradición, dar “asilo político” a Morett y sus correligionarias. Al ver este cinismo, no me queda la menor duda, estos politiquillos comunistas son capaces de cualquier cosa.

Por otro lado, diversas investigaciones también han arrojado evidencia de que Hugo Chávez ofreció conseguir mísiles para las FARC para derrocar al gobierno colombiano. Esto ha puesto en alerta a EU (vaya que se han tardado en reconocer el peligro que es para la región Hugo Chávez) y están pensando en darle tratamiento a Venezuela como nación que fomenta el terrorismo.

No sé, francamente veo a un Presidente Calderón desorientado en materia de política exterior. Ahora, en la Cumbre que reúne a países latinoamericanos con la Comunidad Europea, en vez de acercarse (y de paso ofrecerle una disculpa) y entablar un acercamiento más serio con el Presidente Uribe, seguramente sólo habrá una reunión breve y superficial con el mandatario colombiano y, en cambio, también seguro habrá reuniones con Evo Morales y Hugo Chávez. Como siempre, la inutilidad de estas cumbres. A ver si esta bisoñería calderonista no nos cuesta caro a los mexicanos, pues no hay duda, el dictador venezolano está aportando cantidades millonarias de dinero a diversas organizaciones radicales (que coquetean con las FARC y el EPR) que operan en México desde hace ya varias décadas, pero que ahora, con tanto “cash”, están reviviendo vigorosa y peligrosamente.

La semana pasada, el Presidente Calderón anunció un cambio en el sistema educativo mexicano (nivel básico), mediante una renovación de planes de estudio, un nuevo esquema de concurso para asignar plazas a los maestros y programas de capacitación intensa. No sé, inicialmente suena bien; ahora habrá que ver si se instrumenta bien ó si los violentos grupos que integran al SNTE, no acaban tirando a la basura todo intento de reforma de Calderón.

No obstante, además de que es urgente cambiar los incentivos perversos con que opera el magisterio, es necesario erradicar todo tipo de adoctrinamientos con que operan muchas normales rurales y varias universidades públicas, en donde se sigue enseñando que sólo la lucha armada es la vía para llegar al poder e imponer al comunismo como sistema económico y político.

Es crucial modernizar los planes de estudio y preparar mejor a los maestros, pero también es esencial fomentar entre niños y jóvenes del sistema educativo mexicano, la importancia de la libertad en la vida de los seres humanos, así como una cultura económica básica y una educación política sólida que demuestre y convenza a los educandos que sólo con mercados libres, democracia liberal, instituciones sólidas en un contexto de plena libertad se construye el  camino a la riqueza, al bienestar humano, al éxito. Asimismo, también es necesario cambiar el estudio de la historia oficial que se sigue enseñando en las escuelas, en donde se fomenta la cultura estatista y caudillista (López Obrador es hijo fiel de esta nefasta versión histórica que se enseña en las escuelas de todos los niveles). En materia de historia internacional, ni hablar, se sigue defendiendo a dictadores como Fidel Castro y del estruendoso fracaso humano y económico del comunismo ni se habla.

Hemos sido testigos de cómo se envenena mente y corazón de jóvenes que acaban entrenando en un campamento guerrillero, ó peor aún, terminan con un balazo en la cabeza.

Si queremos blindarnos contra los populistas y neocomunistas, definitivo, la educación es un buen comienzo.