¿Por
qué los políticos en los Estados Unidos tampoco quieren que los bancos se
pongan a rematar casas de deudores incumplidos?
1.
Porque una epidemia de ejecuciones de hipotecas de mala calidad no sólo le
añadiría un sombrío dramatismo a la crisis (pésima propaganda política para la
menguante Obama-manía), sino que también sería la
demostración de que el conjunto de la clase política estadounidense –republicanos
y demócratas a la par- engañó durante la última década a millones de ciudadanos
predicando que cualquiera, sin importar si tenía o no ingresos estables, podía
adquirir una casa a crédito.
2.
Porque tal epidemia desplomaría aún más los precios de la vivienda y, con
ellos, los hoy dudosos valores de mercado de miles de activos financieros, lo
que orillaría a la quiebra a más bancos y similares (que sería imposible
rescatar), y lo que provocaría un mayor desplome en la construcción de nuevas
viviendas, aumentando el desempleo y agravando la depresión.
3.
Porque junto con los precios de la vivienda caería en picada la capacidad de
consumo (vía crédito) de millones de estadounidenses, perjudicando además a
todos los países (de China a México) que les venden mercancías.
4.
Porque significaría dejar sin trabajo a decenas de miles de burócratas, hoy
empleados federales, enquistados en Fannie Mae y Freddie Mac,
los dos monstruos para-estatales rescatados, que son ya bastiones
irrenunciables para la clase política.
5.
Porque nadie parece tener los tamaños para aventarse el “tiro” de decirle a
centenares de miles de inversionistas en el mundo (incluidos algunos gobiernos
de países emergentes que han invertido sus reservas en Bonos del Tesoro), que
el asunto es como una “pirámide” o “esquema Ponzi” que
deja a Bernie Madoff como
un aprendiz.
La
burbuja es tan grande que nadie se atreve a reventarla. Sigamos, pues,
inflándola a billetazos…
Vistas
así las cosas, en pantuflas, la discusión sobre la “nacionalización” de los
grandes bancos parece bizantina. De nada servirá que el gobierno de Estados
Unidos sea dueño del 36% de Citi, si nadie se atreve
a reconocer que gran parte de los papelitos guardados en el cajón del banco
(los activos en riesgo) sólo valen el papel en el que están registrados. ¿Quién
será el valiente, entre los políticos, que se anime a proclamar que el rey se
pasea en cueros?