La influenza humana, y la reacción del gobierno, pusieron ante nuestros ojos, claramente, lo que es, en el sentido literal del término, la economía de mercado, basada en la división del trabajo, en la cual la actividad central, en torno a la cual giran todas las demás, es el intercambio, lo cual la convierte en una enorme red, que todo lo conecta, de tal manera que lo que sucede en uno de sus nudos termina afectando, más o menos rápido, con mayor o menor intensidad, al resto de la misma.

Lo que afecta a los restaurantes, disminuyendo su clientela, afecta a la tintorería, encargada de lavar los manteles y las servilletas; lo que afecta a la tintorería, por tener menos que lavar, afecta a la producción de detergentes, necesarios para lavar manteles y servilletas; lo que afecta la producción de detergentes, disminuyendo su demanda, afecta al transporte encargado de llevarlos desde el centro de producción hasta el centro de venta; lo que afecta al transporte, por tener menos mercancía que transportar, afecta a los talleres mecánicos, que ahora tendrán, dado que circulan menos, menos camiones que reparar; lo que afecta a los talleres mecánicos, suponiendo el despido de mecánicos, afecta a la fonda de la esquina, que ahora contará con menos comensales, entre los que figuraban los mecánicos despedidos; lo que afecta a la fonda, que ahora cuenta con menos comensales, afecta a su dueño, cuyos ingresos se reducen, lo cual afecta al pago de su tarjeta de crédito, afectando al banco que le concedió el préstamo; lo que afecta al banco, sobre todo por falta de pago, perjudica, por el aumento en la tasa de interés, a quienes sí están liquidando lo que deben; lo que afecta a quienes sí están pagando, a tasas más elevadas, lo que deben …

¿De qué se trata? De una red por la cual, lo que sucede en uno de sus nudos, directa o indirectamente, con mayor o menor fuerza, perjudica a todos. Se trata, en el sentido literal del término, de la economía de mercado, de la red de intercambios (restaurantero – tintorero; tintorero – productor de detergentes; productor de detergentes – transportista, etc.), que la influenza humana, y las reacciones del gobierno prohibiendo la realización de determinadas actividades económicas, han puesto, como nunca antes, ante nuestros ojos.

Desde el punto de vista económico, ¿cuál es el problema de prohibir ciertas actividades económicas, como pueden ser las restauranteras? Que las consecuencias negativas, a través de la red, van más allá de dicha actividad, afectando a actividades no prohibidas, como es el caso del lavado y planchado de manteles y servilletas.

Queda claro que las medidas tomadas para combatir la influenza, con sus repercusiones económicas, fueron extraordinarias. Pero, más allá de esta situación extraordinaria, ¿cuántos, trámites, requisitos y reglamentos, impuestos por el gobierno, no obstaculizan, de manera ordinaria, la actividad económica de muchos, con las repercusiones, a través de la red, sobre el resto de las actividades económicas, limitando las posibilidades de un mayor progreso económico?