Si a un gráfico que muestra la curva del incremento de regulaciones, multas e intervención gubernamental en la economía venezolana lo vemos a la inversa, nos mostraría bastante bien la caída de la producción petrolera, industrial y agrícola en Venezuela.
Quien todavía tenga dudas que el socialismo
conduce irremediablemente a la miseria debe observar lo sucedido en Cuba a lo
largo de 50 años y en Venezuela durante los últimos 10 años. El gobierno grande
y todopoderoso logra beneficiar a un número muy limitado de personas porque
bajo el estatismo socialista no hay adelantos ni innovaciones en la industria o
el comercio. Fidel Castro se copió casi todo de la fracasada Unión Soviética y ahora
Hugo Chávez se copia lo hecho por Castro en Cuba.
Los adelantos e innovaciones no pueden ser
planeados por el gobierno, sino que necesariamente son el producto de la
dedicación y esfuerzo individual de quienes buscan mejorar su propia situación
económica. Sin proponérselo, con ello logran contribuir al bienestar de toda la
sociedad. Comparemos mentalmente el número de invenciones y mejoras producidas
en los Estados Unidos durante el siglo XX con las que se lograron en
En muchos países latinoamericanos hay
ministerios de planificación que solamente han logrado frenar el desarrollo de
esas naciones, malgastando el dinero de la población y promoviendo dañinos
controles. Los inventos e innovaciones surgen de gente libre que asume los riesgos
de dedicar tiempo y dinero a desarrollar alguna idea o un nuevo proyecto. Si
tienen éxito obtienen un beneficio personal, pero -al mismo tiempo- están
beneficiando con ello a sus conciudadanos, creando empleos y mejorando el nivel
de vida.
El verdadero desarrollo económico no depende de
las discusiones de los políticos en el Congreso, de los ministros en el
gabinete y, mucho menos, de lo que nos impone la burocracia, sino del flujo de
innovaciones que jamás pueden ser planeadas centralmente. Claro que si no hay
respeto por los derechos de propiedad, nadie tendrá el incentivo ni perderá su
tiempo y dinero tratando de lograr un mejor producto o mejor servicio, porque entonces
ni él ni su familia se verían beneficiados.
En una sociedad libre, mercados competitivos
reemplazan las órdenes emanadas de la cúpula política y la libertad de
intercambio genera los incentivos para innovar, todo lo cual mejora el nivel de
vida de la gente. Ese es el verdadero capitalismo, tan despreciado por los
políticos de izquierda.
Y los mismos políticos que se rasgan las
vestiduras en supuesta defensa de los pobres son los que siempre están dispuestos a generar inflación,
gastando mucho más de los ingresos del gobierno, devalúan la moneda y endeudan a
la nación.
Chávez, en Venezuela, está
expropiando haciendas productivas e industrias exitosas, aparentemente
sin entender, o no importarle, que cuando algo es de todos no le duele a nadie,
por lo que automáticamente desaparecen todos los incentivos para operar
eficientemente, aumentar la producción y generar ganancias. Por el contrario,
el incentivo entonces es congraciarse con el gobernante, tomar decisiones que
aumenten su poder y que tiendan a perpetuarlo en el palacio presidencial.
Si a un gráfico que muestra la curva del
incremento de regulaciones, multas e intervención gubernamental en la economía
venezolana lo vemos a la inversa, nos mostraría bastante bien la caída de la
producción petrolera, industrial y agrícola en Venezuela.
___*
EntrarDurante siglos se ha debatido quién debe detentar el poder y no los límites de ese poder.