El presidente Arias debe utilizar su reputación y habilidades diplomáticas para instrumentar una verdadera reforma impositiva, así como llevar a cabo un proceso de desregulación y desburocratización.
San José de Costa Rica (AIPE)- La primera vez que ejerció la presidencia
de Costa Rica, Oscar Arias ganó el Premio Nobel de
Costa Rica goza de un clima ideal, bellas montañas y estupendas playas,
tanto en el Caribe como en el Pacífico. Su gente es educada, amable y
simpática, razón por la cual atrae a muchos turistas y a personas retiradas. Ha
sido una democracia durante la mayor parte de su historia y se enorgullece de
su sistema de salud y de una sociedad civil pacífica. Sus tierras son fértiles
y varias empresas de alta tecnología, como Intel, se han establecido en el
país.
A pesar de todas esas ventajas, la inflación es alta (12% el año pasado)
y los salarios son bajos: los ticos tienen una cuarta parte del poder de compra
de los asalariados en Estados Unidos. La pregunta es: ¿por qué los
costarricenses no ganan a la par de los norteamericanos y europeos, dada su
educación y ventajas naturales?
La respuesta es que sufren de excesivo estatismo burocrático y de mucha corrupción.
Costa Rica ocupa el puesto 46 en el Indice de
Libertad Económica y el puesto 51 en corrupción. Hay excesivas regulaciones que
socavan el respeto por la ley y fomentan la corrupción. El sistema impositivo
es excesivamente complejo y mal administrado, además que sus altas tasas de
impuestos son contraproducentes.
La economía es frenada por una gran cantidad de monopolios estatales,
incluyendo la electricidad y los teléfonos. Por la ausencia de competencia, el
servicio de celulares es inferior. Los bancos estatales socavan la integridad
del sistema financiero. El conflicto de intereses es obvio cuando el árbitro y
el dueño son el mismo. El gobierno costarricense es dueño del monopolio de
seguros, lo cual contradice la razón de ser de los seguros que es la
diversificación de los riesgos. Ese monopolio concentra los riesgos y reduce el
nivel de servicio, lo cual siempre sucede con las empresas del estado alrededor
del mundo. El gobierno está metido en todo, incluyendo el almacenaje
refrigerado.
Los líderes sindicales y los defensores del socialismo que infecta a
Costa Rica insisten que siguen el ejemplo de los países escandinavos, olvidando
que esa región del mundo se hizo rica antes de imponer el estado de bienestar y
sus políticas de redistribución. Es más, esos mismos países están hoy en día
tratando de revitalizar sus estancadas economías y casi todas las naciones
europeas han estado privatizando sus ineficientes monopolios estatales en los
últimos 20 años.
La buena noticia es que todos los problemas que confronta Costa Rica han
sido resueltos en otros países durante las últimas dos décadas. Muchos se
refieren a Costa Rica como
El presidente Arias debe utilizar su reputación y habilidades
diplomáticas para instrumentar una verdadera reforma impositiva, reduciendo las
tasas de impuesto y la complejidad del sistema impositivo, en lugar de
promulgar el anunciado impuesto a las ganancias de capital que diezmaría el
mercado de capitales y también el mercado
inmobiliario. Además, debe desregular y
desburocratizar a su país, procediendo a una reforma monetaria, la
privatización de las empresas estatales y acabar con la corrupción y robos de
la propiedad privada. Si tiene éxito, será nuevamente un héroe nacional, pero
si no lo hace su reputación se evaporará.
___* Director
general del Center for Economic Growth y académico asociado de Cato Institute.
EntrarLa gente subestima la facilidad con la que los gobiernos pueden destruir una economía y lo difícil que es reiniciar esas economías.