En México hay dos clases sociales bien definidas: los que producen riqueza y los que no, pero viven a expensas de éstos. Los que producen riqueza también se les llama “sector privado” y está compuesto de los empresarios, comerciantes y trabajadores de las empresas privadas. Los que viven a expensas de éstos se le llama “sector público” y está conformado por los diputados, senadores, empleados de las secretarías de Estado, trabajadores de las empresas e instituciones estatales y de los programas sociales.

El sector privado produce riqueza y paga impuestos; el sector público se encarga de gastarlos. El sector privado genera riqueza porque produce bienes o servicios que vende a quien los necesite. Su riqueza se forma en el mercado de bienes y servicios. Cada vez que vende un par de zapatos, digamos, gana el cliente y gana el vendedor. Pero paga impuestos por cada operación de compra-venta, esa es la ganancia indebida del sector público (gobierno). El sector público recibe las recaudaciones del sector privado y destina esos recursos al pago de un enorme aparato burocrático que sirve para controlar al sector privado. Sin los recursos del sector privado no sería posible que sobrevivieran las escuelas de gobierno, el Congreso, los partidos políticos, el IMSS, etc.

La gente que pertenece al sector público no paga impuestos. Es así porque el sector público, es decir, el gobierno no produce riqueza, solo la gasta. Si un empleado del INE recibe, digamos, $1000.00 es que ese es su sueldo. En su cheque puede decir que gana $2000.00 y que paga el 50% de impuestos; pero también puede decir que gana $4000.00 y que paga el 75% de impuestos, en realidad su cheque puede decir cualquier tasa impositiva, pues es ficticia. Lo cierto es que gana $1000.00 y quizás menos porque a la hora de comprar el mismo gobierno le quitará el IVA lo cual implica un sueldo menor.

En el sector privado, si alguien gana, digamos $1500.00, se le descuenta $500.00 que van directamente a las arcas del Estado, le están despojando del 33% de su sueldo, y luego, conforme gasta los mil pesos que le quedan resulta que al final su verdadero sueldo, es decir, lo que en realidad puede disfrutar es mucho menos de los mil pesos, quizás $600.00 o menos, habría que calcular.

Carlos Marx dividió a la sociedad en clases sociales: burgueses y proletarios. Pero fue una división torpe y desafortunada que no ubicaba a cada persona en el lugar correcto. Decía que los burgueses eran los propietarios de los medios de producción. El dueño de una fábrica sería un burgués por ser propietario de ese medio de producción. Pero también el taxista y aún el albañil serían burgueses por ser dueño del carro o de la pala, respectivamente. Peor aún, el que solo tiene sus manos, también sería un burgués pues sus manos son su medio de producción, lo mismo para una prostituta, es dueña de su cuerpo y lo usa para obtener recursos. Entonces todos son burgueses, bajo la definición de Marx.

Y los proletarios Marx los definía como los que solo tienen sus manos para trabajar. Pero entonces un estrangulador que le pagan $100,000.00 por matar a un indeseable, es un proletario. Un jugador de Póker que solo tiene sus manos y gana un millón de pesos o más, cada día, es un proletario, según Marx. En fin, Carlos Marx dio una definición inadecuada que, sin embargo, tuvo muchos seguidores.

Otra separación en clases sociales es poner en una canasta a los hombres y otra a las mujeres. Es más concreta y creíble a pesar de que haya algunos que dicen tener un cuerpo que no les corresponde.

O definir la clase de los chaparros (miden menos de 1.5m) y los altos (más de 1.5).

En fin, para la economía la división importante en clases sociales son los que producen riqueza y los que parasitan alrededor de los que producen riqueza. Lo interesante es que los que producen riqueza no necesitan a los parásitos, pueden vivir sin ellos y se desarrollarían mejor. Pero la clase parásita no puede vivir sin los recursos de los que producen riqueza, es decir, del sector privado.