Un comentario acerca de las contradicciones en las que algunos medios incurren al "leer" o "interpretar" los indicadores económicos. Las cifras de empleo son un buen ejemplo.
Ayer en la tarde "Reforma" en su portal en la internet se inclinó por el
pesimismo y encabezó la información: "Llega desempleo a mayor nivel en 13
años". Pero algo debe haber pasado de ayer a hoy en ese periódico, porque
hoy amanecieron, sobre el mismo tema, optimistas o, cuando menos, mesurados y
ecuánimes (adjetivo favorito de quien preside la sección de negocios de ese
diario) y publicaron, sin mayor despliegue, el siguiente encabezado en su
edición en papel: "Registra desempleo ligera baja en junio".
Por increíble que parezca es el mismo periódico, son los
mismos datos, los mismos redactores y el mismo jefe de sección. Lo que sucede es
que los datos estadísticos permiten estos juegos de magia: Si quiere uno
alinearse en el bando de los catastróficos debe tomar el promedio de la tasa de
desempleo del segundo trimestre de 2009 y obtendrá un indicador más que
sombrío, ya que en abril y mayo - en especial el segundo mes- la epidemia de
influenza y sus secuelas pegaron muy fuerte en el empleo. Este uso sesgado de
la información permite pasar por alto que en junio hubo un repunte en el empleo
y un descenso en la tasa de subocupación, respecto del mes anterior y con
cifras despojadas de los efectos estacionales, como
dije en este espacio ayer.
Imaginemos que en el "Reforma" alguien pensó mejor
las cosas, de ayer a hoy, o que alguien les dijo a los redactores que no le
cargaran tanto las tintas al pesimismo, porque a fin de cuentas eso es malo
para los negocios ("si quieres vender el camello, no hables mal de
él") y hoy amanecieron más objetivos: Hubo una ligera baja del desempleo
en junio. Se limitaron, sin afeites y sin adjetivos estridentes, a decir lo que
pasó.
Más extraño resulta el caso de "El Economista"
que, en su cada vez más delgada edición de papel, sentencia como nota
principal: "Desempleo, el peor registro desde 1995". Lo cual es, a
todas luces, un dato falso, a menos que hayan aplicado el mismo truco que sus
colegas de "Reforma" la tarde del miércoles y hayan buscado cómo
acomodar las cifras para que digan lo que de antemano querían que dijeran (dudo
que tengan tal habilidad). Lo extraño es que la misma nota mereció, en el
encabezado de su edición de internet, hoy mismo, un
enfoque muy distinto: "En desempleo, aún viene lo peor: analistas".
Una nota sin duda sombría, pero, a diferencia del encabezado en papel, enfocada
como previsión y no como registro. Dicho coloquialmente, quien escribió el
encabezado en la red pretende avisarnos qué es lo nos depara el porvenir,
mientras que el escritor del encabezado en la edición de papel usa el espejo
retrovisor de manera enrevesada para obtener una fotografía trucada de lo que
ya sucedió. No me extrañaría que ambos escritores de encabezados fuesen la
misma persona; a tal grado llega la esquizofrenia en algunos medios.
En fin, nuevos casos que ilustran uno de los porqués de la
profunda crisis de credibilidad que viven los medios de comunicación en México.
Queda para después, tal vez mañana si el tiempo lo permite,
comentar algo más relevante acerca del empleo: Si de veras esta crisis
estuviese siendo aprovechada para corregir deficiencias estructurales en la
economía mexicana que nos impiden ser más productivos, debería haber un
incremento en las cifras de desempleo que, en lugar de alarmarnos, debiéramos
ver cómo signo de que en medio de la recesión la economía mexicana se está
"podando" para salir revitalizada. De eso, repito, platicaremos después.
EntrarDurante siglos se ha debatido quién debe detentar el poder y no los límites de ese poder.