China opera desde una base práctica y no desde una perspectiva ideológica. Y como la ideología a menudo va en contra de la eficiencia y de la competencia, los líderes chinos tienden a rechazarla.
Stanford, California (AIPE)- Hace
más de 25 años que Deng Xiaoping
desvió a China de la revolución y hacia la globalización. Enfocó los objetivos
nacionales hacia el desarrollo y la estabilidad económica. Las relaciones extranjeras
chinas, incluyendo a Venezuela, se conducen discreta y mesuradamente para
promover esos objetivos nacionales.
La energía es un elemento crítico en el desarrollo chino y su política
energética es pragmática. Beijing se acerca a todos los productores petroleros,
incluyendo a Unocal en EEUU y a Arabia Saudita, como
también a los países parias como Irán, Sudán y Venezuela.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, quien se auto designó sucesor de
Fidel Castro, es uno de los caudillos más pintorescos de un hemisferio conocido
por líderes más tenaces que inteligentes. Chávez es un engreído ideólogo que
bajo la bandera del antiimperialismo ansía extender su influencia. Como se han
multiplicado los ingresos petroleros venezolanos, Chávez utiliza ese dinero
dentro y fuera de su país para aumentar su poder y, mientras China construye un
sistema económico diversificado, Chávez -siguiendo la tradición de los
caudillos latinoamericanos- reparte el botín en lugar de crear las
instituciones y oportunidades que hagan posible mantener el crecimiento después
de que termine el actual auge petrolero.
China ha aprendido la dura lección de que el “socialismo revolucionario”
destruye las naciones y el acercamiento de Beijing a Chávez no es por su
socialismo sino a pesar de ello. Para seguir creciendo, China requiere asegurar
su intercambio comercial en un mundo razonablemente estable y a Beijing no le
conviene un hemisferio occidental arrasado por un caos anti-norteamericano.
Si le preguntamos a los chinos por qué cortejan a Chávez, nos
responderían que por el petróleo. Venezuela tiene las mayores reservas
petroleras fuera del Medio Oriente y es el quinto mayor exportador. Pero los
arreglos con Venezuela significan gran trabajo e inversiones porque China no
cuenta actualmente con refinerías que puedan utilizar el petróleo pesado
venezolano y la distancia es grande. Venezuela anunció un programa de siete
años para ampliar su flota de
Sin embargo, el embajador chino en Caracas declaró en agosto que “el
mercado natural del petróleo venezolano es América del Norte y del Sur”. Con
éste y otros comentarios, el embajador parece indicar que China no está todavía
convencida de la seriedad y competencia del gobierno venezolano en un proyecto tan
grande y tan complejo, además de no querer que China sea utilizada en las
peleas de Chávez con Washington.
Sin embargo, a Washington le preocupa que Chávez lleve adelante sus
amenazas de desviar el petróleo venezolano hacia China. En diciembre, Venezuela
exportó 140 mil barriles diarios a China, para asfalto, y voceros del gobierno
venezolanos dicen querer cubrir entre 15% y 20% de las necesidades petroleras
chinas.
Otros analistas ven amenazas siniestras. Por ejemplo, Venezuela ha
recibido equipos de radar y está comprando sistemas chinos de comunicación por
satélite. Pero China no fomenta tales ventas y Chávez compra armamento a Rusia
y a todos los que quieren venderle. Su misión es la revolución socialista y
antiimperialista y con ese fin hace negocios con cualquiera.
Como explicaba recientemente, en una entrevista, el ex-embajador de
Venezuela en
___*Académico de Hoover Institution y autor de “China’s Lessons for Cuba’s
Transition” (University of Miami).
EntrarDurante siglos se ha debatido quién debe detentar el poder y no los límites de ese poder.